En la primera semana de mayo, en Jerez de los Caballeros(Badajoz), se celebra – y qué celebración-- el XVII SALÓN DEL JAMÓN IBÉRICO.
Toda una fiesta para los sentidos, todo un pueblo, una Región, volcada en la organización y disfrute de un gran homenaje a nuestro producto –estrella: el jamón ibérico de bellota con D.O. “Dehesa de Extremadura”, casi nada.
La mayor, exquisita y cuidada concentración de las excepcionales patas del cerdo ibérico; el que pasta en libertad por la bellísima dehesa extremeña, milagro ecológico envidiable.
Durante esos días se realizan muchos actos para los profesionales, jornadas de comercialización, actividades paralelas, catas y degustaciones... en el espacio de un recinto ferial diseñado a la medida de esta joya, para darle mas realce aún.
Con ser mucho, muchísimo, en su desplazamiento hasta Jerez de los Caballeros, además, se empaparán de historia y arte. El “ Monte Dorado”, hacia el que miraban prehistóricos hombres y mujeres admirados del espectáculo diario de la salida de su dios, el Sol, que nos legaron los dólmenes de Palomilla, Valcarado y el impresionante del Toriñuelo,
El turdetano “Ceretanus” –parece que deriva del fenicio Ceret--, al que Ptolomeo llamaba “Caerina”; la romana “Fama Iulia”, que nos dejó los “Mosaicos de la villa de Pomar”, la calza del Alto Empedrado, el puente viejo del Pontón, el romano de Brovales...
Llegaron luego los visigodos, luego los árabes – Xerixa”— y la convivencia entre judíos, árabes y cristianos.
La Jerez mágica de los templarios –Xere Equitum-- , cuya defensa otorgó Alfonso IX a los caballeros de la Orden del Temple, creando el “Bayliato” y el “Fuero del Baylio” (s. XIII), conjunto de leyes por las que –todavía— se rigen sus habitantes.
Los monjes-soldados, los guerreros terribles en el campo de batalla, refuerzan las defensas de Jerez de los Caballeros ante el empuje del Islam, sin olvidar sus oraciones. ¿ Qué ocurriría para que todos murieran degollados en la “Torre Sangrienta”, por los oficiales del rey, cristianos contra cristianos, que esperaban encontrar grandes cantidades de oro y plata ...? Nunca lo sabremos, porque forma parte de la leyenda mágica que persigue a estos monjes-soldados.
Ese halo de misterio, ése aura sutil sigue envolviendo a Jerez, a sus iglesias y conventos; a sus bellas, blancas y empinadas calles; a su potentísima Semana Santa, religión y espectáculo a la vez; a la nebulosa matutina de la dehesa...; que el visitante descubrirá en su asombrado deambular, lento y con el ojo y la cámara avizor, tomando resuello en sus bares y mesones, con buen vino y mejor jamón, o cualquiera de las exquisitas porciones del cerdo ibérico; y muchas cosas mas, que de todo hay en los campos, ríos, montañas, pantanos... de su bellísimo término
Repuestos ya, retomamos el paseo, al que me presto de lazarillo, porque ¡ hay tanto que ver!.
¿ Cómo irnos de Jerez de los Caballeros sin recorrer calles de nombres evocadores como Calzada, Corredera, Cuesta Arriba, Lagares, de los Ahorcados..., llegando hasta nuestras retinas panorámicas insospechadas; balcones floridos, un púlpito en plena calle; el lienzo de la muralla medieval, o el recuerdo de otros tiempos en los blasonados palacios y casonas solariegas?.
¿Hemos terminado el paseo jerezano?. Sacrilegio sería, y de los grandes, que no invirtiéramos nuestro bien mas preciado, el tiempo, en visitar la Iglesia de Santa María de la Encarnación – posible basílica visigoda--; la iglesia de San Bartolomé, en uno de los cogollos del pueblo, con preciosista decoración cerámica cubriendo fachadas y torre y de un excepcional interior; la de San Miguel, con torre barroca de soberbia factura, como su bóveda de crucería estrellada y sus portadas del Perdón y la Epístola; o la iglesia de Santa Catalina, de equilibrada arquitectura.
Aquí se me acaba el papel, el espacio. ¿Hemos terminado el paseo jerezano?. Ni mucho menos. Tan solo pido mi sueldo de lazarillo: Que Vd., viajero amigo, lo siga por mí.
Texto: Juan Pedro Plaza