Comidas Extremeñas antiguas. O no tanto....

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Hoy le toca a la peña comer en mi casa. Ya llevamos unas cuantas este año, porque comamos y bebamos amigos, que la vida es breve… Y todo lo que preparamos, unos y otros, es magnífico, pero hoy me voy a salir. Se van a enterar estos tragones.


Lo primero, preparar una buena telera con su buen miajón; que estoy aconduchando entre todos los que estamos en la mesa camilla. No paro de arrebanar, porque los conozco y arrastran mucha gazuza. Espero que no se añuguen hoy, porque me gusta mucho apoipara mis numerosos invitados; que ya están protestando para que saque el condío, que tanto pan solo…


Así que, sin mas espera, aunque no dejan de bochinchear buen vino extremeño, voy a empezar a encentar lagandanya; para que se apipen bien apipaos; aunque sin prisas, que a todos nos gusta lambucear un poquito de todo.


Empezaremos tomando cosas suaves, como un ajo de peces de río, un almorraque, una boronía de tomate y bacalao crudo y desalado; mas una cachorreña con huevo frito, tomate y cebolla; sin olvidarme del cojondongo con buenos tomates, pepino, pimientos de la mi huerta, jilimojey una rica trincaya…; para que se mojeteenbien mojeteaos.



Estos no se encuentran nunca tupíos; y eso que no saben la que les espera, que llevo tres días sin salir de la cocina.

Vamos a dejar los platos fríos, porque les voy a jarrear unas buenas migas con todos sus tropezones que, si sobran, las dejamos para el postre con leche y azúcar, nuestras migas canas; una buena puchera de cocido con garbanzos de Valencia del Ventoso, y tos sus avíos, bien sajerraos, sin ninguna ricia; mas una chirrichofla, con carne, jamón, chorizo, lomo… , bien rechilvada.


Voy a dejar que de un buen paseíto, porque esto no se ha acabado, pero los veo resoplar. Pero saben que tienen que apechugar y arrocinar con toda la comida que he preparado; porque cada uno ha pedido, como en los restaurantes, lo que mas les gustaba, sin cortarse.


Y se van a jartar… ¡ poréstas ¡!


Venga, a la mesa otra vez ¡. Una vez caliente, aparecerá en la mesa una pastoril caldereta; que ya la quisieran para sí los señoritos cortijeros. Que no están invitados, por supuesto.


Mas vino, tabernero!!: De pitarra recién pinchada, o de cualquiera de nuestros excelentes vinos extremeños.


Estoy viendo a algunos una cara de ir estando tupíos; porque han atacao a los primeros platos, como si se fuera a acabar el mundo. Y ahora les pesa, porque queda la tira de platos y postres.


Mientras caliento el frite de cerdo, les saco un poco de joriño, hecho con masa de pan con aceite y huevos; y otro poquito de tibornia, hecha con pan caliente, sal, l imón y nuestro maravilloso Aceite de Oliva Virgen Extra.


Hablamos de esto y lo otro, hacemos un descansito mas, porque les veo algo asustados, no vaya a ser que se añuguen.

Bueno, pues a la mesa otra vez, que se me desperdigan. Venga, que ya sólo quedan los postres, acompañados de aguardiente casero (ilegal) y licores de frutas que, dicen, ayudan a hacer la digestión…


Como a lambuceros no nos gana nadie, he preparado varios postres: Una porción de nazurón de leche de oveja, elaborado con los grumos del suero cuando estrujas la cuajada de su leche, para hacer nuestros excepcionales quesos de oveja del Casar o La Serena.


Para retupirnos, nos servimos unas puchas de harina, con leche y miel; seguidos de un buen mangostode castañas cocidas y un cayote de castañas asadas. Como ven, algo ligerito…




Sorbito de aguardiente y café; y pasamos a la mesa de al lado, donde están las bandejas de dulces extremeños, para que cada uno de estos tragonazos se sirvan de los que quieran:Alajú confitado de miel y nueces, entre dos blancas obleas; cristioneso gañotes; nuégados, perrunillas, piñonate, pestiños yregilaiyos…


Estoy cansado, de tanto ir y venir a la cocina, porque estos –que se dicen amigos—no han ayudado ni una pizca. Sólo se han preocupado de rellenar sus abultadas barrigas.


Como hay confianza, me voy a echar una siestecita. Los demás, que se busquen la vida, como puedan. Pero, antes, sería un detalle por su parte, que recogieran y fregaran platos, cubiertos, bandejas, ollas.


Pero…



Texto: Juan Pedro Plaza Carabantes.

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