Localizaciones de cine potencian el turismo en España

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Este sábado se entregan los Goya. No hay premio a la mejor localización pero los pueblos y lugares donde se rodaron algunas escenas son también protagonistas de las películas candidatas a cada uno de los premios, desde el castillo siniestro, a la playa o la vivienda familiar que aparece en cualquier momento del largometraje.


Las niñas nos traslada a la España olímpica de 1992, para sus escenas al aire libre, la directora, Pilar Palomero, ha escogido algunos lugares de Zaragoza y Lleida.


La boda de Rosa de Iciar Bollaín, ha llevado a la protagonista, una mujer que se da cuenta de que ha vivido para los demás y decide marcharse de su ciudad, a Benicassim y Valencia, mientras que David Pérez Sañudo ha escogido Vitoria Gasteiz para Ane. Ambientada en 2009 nos muestra una ciudad en tensión social y familiar.


Julio y Ana llevan quince años juntos pero su vida se trastoca durante una cena con sus vecinos. Aunque la mayor parte de Sentimental está rodada en interiores, Barcelona fue la ciudad que acogió parte del rodaje, tanto para los dos pisos situados en Madrid y Barcelona como para los exteriores en el Portal de l'Àngel.


Adu, la película que narra el intento desesperado de un niño de seis años y su hermana para colarse en las bodegas de un avión que los llevará a Europa se ha rodado en tres paíes: Benín, Marruecos y España. En nuestro país, Murcia, Cartagena, la Manga del Mar Menor, Mazarrón, Melilla y Madrid han servido de escenario para algunos momentos del drama.




España, un país de cine


España con más de 8.000 kilómetros de costas en tres mares distintos y unas 3.000 playas, ofrece también montañas, desiertos, bosques, ríos, lagos, zonas tropicales, planicies o dunas como atractivo para los escenarios de películas, pero también un importante patrimonio histórico y arquitectónico o instalaciones modernas y futuristas.


Largometrajes, cortos, anuncios de televisión y sobre todo series están provocando un aumento del turismo cinematográfico. Cuando hemos viajado a Nueva York, Londres o París, nos parecía haber estado allí antes, eran lugares conocidos porque el cine nos lo había traído a casa.


Son muchos los que quieren descubrir los lugares que les quedaron prendados en la retina, fotografiarse en el paraje preciso donde ocurrieron los hechos que se narran. Podemos llegar a revivir un desamor, un reencuentro, un misterio resuelto, o una victoriosa batalla que vimos antes del viaje.


Se calcula que en 2018 unos 80 millones de personas realizaron un viaje a algún lugar del mundo donde se rodó una película, una serie o un anuncio publicitario.


España hace años que también se apuntó a esa moda y son numerosas las rutas que recorren nuestra geografía. La magia del cine puede transformar un paisaje mediterráneo, atlántico o mesetario en un planeta lejano, el salvaje oeste o la estepa siberiana.


Un país que ofrece a los directores nacionales e internacionales ciudades y monumentos, historia y tradiciones. Un plató para grandes o pequeñas producciones




Pueblos convertidos en platós de cine


El rodaje de películas del denominado spaguetti western, supuso para la provincia de Almería un aumento de personas que querían conocer los escenarios de películas como El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dólares o La muerte tenía un precio.


Las localizaciones escogidas para recrear el oeste americano fue el desierto de Tabernas. Porque el sentimiento que nos produce un largometraje, visto en la oscuridad del cine, puede provocar en muchos espectadores el deseo de conocer el lugar en que se filmó.


En el Cabo de Gata, Steven Spielberg trajo a Sean Connery en Indiana Jones y la última cruzada. Allí se rodó la escena en que el explorador espanta unas gaviotas con un paraguas para derribar un avión alemán. Sevilla, escenario de múltiples películas también se rodó el segundo episodio de La Guerra de las Galaxias... la Plaza España es el planeta Naboo, y más en concreto el palacio de la reina Amidala.


James Bond, también estuvo en Bilbao y Cádiz. En la capital vizcaína el museo Guggenheim sirvieó para el rodaje de El mundo nunca es suficiente mientras las calles gaditanas acogieron en al célebre espía británico en Muere otro día. No lo pasó nada bien Nicole Kidman en el Palacio de Hornillos, en la población cántabra de Las Fraguas, donde se rodó Los Otros. Ridley Scott escogió Almería y Fuerteventura para como escenario de Exodus.


Valladolid es una ciudad estrechamente relacionada con el cine. No solo acoge la Seminci, sino que en sus calles se han grabado programas de televisión, videoclips musicales, largometrajes, documentales, publicidad y cortometrajes, muchos de ellos de producción nacional, pero también alemanas, británicas, japonesas o indias.


Esta ciudad que vibra con el séptimo arte, ha organizado rutas teatralizadas que recorren lugares emblemáticos donde se rodaron escenas de Doctor Zhivago o Mr. Arkadin de Orson Welles. En el concejo de Llanes, se concentran unas 25 localizaciones de largometrajes, series y cortos. Llanes de cine, permite recorrer los escenarios de series como La señora, Los jinetes del alba o Una gloria nacional, y películas como Remando al viento de Gonzalo Suárez, que rodó en 8 ocasiones en la zona. José Luis Garci, escogió este lugar para El abuelo, Historia de un beso o You're the one, mientras que Bayona rodó El orfanato, Gutiérrez Aragón El corazón del bosque y Julio Suárez Estirpe de tritones. También se han rodado La balsa de piedra o Pasiones rotas.


Decenas de castillos diseminados por la geografía española se han convertido en escenarios de películas y series históricas. El castillo de Manzanares el Real, el de Belmonte en Cuenca, el de Peñíscola en Castellón vieron pasar a Charlton Heston y Sofía Loren en El Cid. Loarre en Huesca fue la localización de El reino de los cielos, de Ridley Scott.


Pueblos y ciudades que han encontrado un filón turístico en el cine, y que obtienen un beneficio económico antes, durante y después de la filmación. Para aprovechar estas posibilidades se organizan rutas turísticas, que en muchos casos dan trabajo a figurantes que han participado en los rodajes. Ellos pueden explicar en primera persona, cual fue el lugar elegido, dónde se ponía la cámara, el itinerario que recorrían los actores, el lugar emblemático en la película.


Para ello se preparan rutas que destacan esos puntos originales. En Castilla-La Mancha, está la ruta de Pedro Almodóvar o la de Volver, que recorre los escenarios de la película. En Andalucía, entre los paquetes turísticos, hay uno basado en El camino de los ingleses, dirigido por Antonio Banderas.


En Barcelona y Madrid, se pueden recorrer calles en las que se han grabado varias películas. La adaptación cinematográfica de El Perfume, se rodó en el barrio gótico, el pueblo español, el Laberinto de Horta o la Plaza Real. En Madrid, el Paseo del Prado, el Círculo de Bellas Artes, la Gran Vía o la Plaza Mayor han sido escenarios de películas internacionales como La Lista o The Bourne Ultimatum.


Los alrededores de Soria se convirtieron en la estepa rusa con Doctor Zhivago y Orson Welles filmó Campanadas a Medianoche en Calatañazor. Peñíscola tiene una ruta siguiendo los escenarios de Calabuch (1956), El Cid (1961), París Tombuctú (1999), Chiringuito de Pepe (2014) o Juegos de Tronos (2015).


En las marismas del Guadalquivir, se pueden revivir algunas secuencias de La Isla Mínima, como el embarcadero donde vive el barquero, rodada en Puebla del Río. La Isla Mayor, que fue el escenario de los arrozales o Vetaherrado, convertido en el campamento donde discurre la persecución nocturna y el poblado de Cotemsa, donde se celebra la feria.


James Bond, Indiana Jones, Anakin Skywalker, Lawrence de Arabia, son personajes que han rodado algunas de sus aventuras en España.


El turismo de pantalla, tiene que ver con los sentimientos del viajero, que quiere revivir lo que vio en la pantalla de cine o en su casa, o porque es fan de un actor o actriz y sigue sus pasos, de la misma forma que los amantes de la música piden el autógrafo de sus cantantes favoritos.


Estos recorridos de películas permiten al turista descubrir los lugares de rodajes, pero también revivirlos si vuelve a visionar su película o serie favorita. Y a los pueblos que acogieron la película, les aporta ingresos extras.


Enlace al podcast :https://go.ivoox.com/rf/66350733



Ángela Gonzalo

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