La ciudad de Cuenca y su provincia están disfrutando de su título de Capital Española de la Gastronomía, galardón que recibió de Sanlúcar de Barrameda. Con tal motivo este territorio castellano manchego viene llevando a cabo una amplia programación de actividades para poner en valor y potenciar su rica oferta gastronómica.
Su alcalde, Darío Dolz, lo reconoce señalando que la provincia “viene disfrutando de forma espléndida con la realización de actividades para los pequeños y para los adultos, con programaciones especiales los fines de semana, con muchas actividades, buscando el conocimiento y el disfrute de su oferta culinaria”.
El regidor municipal, además de resaltar los muchos recursos culturales, patrimoniales y arquitectónicos, que atesora el terrino, dejó claro que es un “honor” ser durante el 2023 Capital Española de la Gastronomía, mientras enumeró algunas de las especialidades gastronómicas como el morteruelo, guiso elaborado con hígado y carnes de caza menor; el atascaburras o ajoarriero manchego, que se prepara con bacalao, patatas, pan rallado y ajo; los zarajaos, una tapa a base de tripa de cordero rellena; el gazpacho de pastor, que incluye perdiz, liebre o conejo, codillo, gallina y se adorna con pasas, aceitunas o uvas; y como postre, el alajú, una torta entre obleas considerada precursora de los turrones y confeccionada con almendras, miel y pan. Y para culminar una copita del delicioso resolí, licor que evoca sabores a café y anís.
Darío Dolz definió a Cuenca como “una ciudad que aúna patrimonio, historia, arte, cultura, hospitalidad, naturaleza y una excelente gastronomía".
Cuenca, que compitió con Oviedo y Pontevedra, logró el título por unanimidad del jurado compuesto por representantes de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo, y de la Asociación de Hostelería de España por El director general de CEG, Pedro Palacios, ha definido el concepto gastronómico presentado por Cuenca indicando que “la oferta de la ciudad castellano-manchega está basada en su cocina tradicional, austera y sencilla, en total conexión con el entorno natural y monumental, su vínculo estrecho con una despensa inigualable basada en los productos de calidad y con sello de Denominación de Origen.
La cocina de Cuenca y provincia se viste con la etiqueta de "cocina diferente y deliciosa", arropada por la larga nómina de tesoros gastronómicos de sabor añejo, con señas de identidad propia y auténtica como el morteruelo pastoril, el ajoarriero, los zarajos, la caza o la pesca".
Entre sus fortalezas gastronómicas están la trucha del Júcar, fresca o ahumada, asalmonada y brillante, alcanza su cenit cuando se prepara en forma de tartar, ceviche o escabechada; los hongos, setas y níscalos protagonistas de apetitosos revoltillos; mientras que la caza del gamo, el corzo o el jabalí nos aporta platos de consistencia y la codorniz o la perdiz escabechada destacan por su aire fresco.
Reverencia obligada para la rica variedad del universal Queso Manchego, o para los estofados de cordero y las chuletas de lechal. Cierran este universo de sabores, las migas manchegas, los huevos camperos, el pisto manchego, el bacalao ajoarriero o el atascaburras que pese a su ruidoso nombre es una combinación equilibrada de patata, ajo, bacalao y huevos en forma de exquisito entrante. A destacar la excelente carta de cocina cuaresmal de potajes, garbanzos, espinacas y bacalao, guisos de ayuno y postres como las torrijas y el alajú, un dulce de origen árabe elaborado a base de miel y almendras con miga de pan.
Nosotros hemos estado en la ciudad castellano manchega participando en un viaje de prensa bajo el lema “Cuenca deliciosa” lo que nos dio la oportunidad de degustar lo mejor de su cocina en establecimientos tan prestigiosos como Recreo Peral, la terraza del Hotel Alfonso VIII, el Parador de Turismo y Romera Bistrod.
Andrés Alonso