¿Qué hacer en Andorra durante el invierno?
Andorra es un destino cada vez más de moda entre los españoles, y si bien es cierto que la mayoría de quienes lo eligen lo hacen sobre todo por la posibilidad de esquiar en sus centros y pistas, y no vamos a olvidarnos de ellos, hay otros muchos atractivos que tampoco deberías perder de vista cuando vayas a pasar unos días, sobre todo durante una estación como el invierno.
En principio, no sólo puedes disfrutar del confort y el lujo de los hoteles en Andorra, sino que constantemente serás seducido por la belleza de sus paisajes de alta montaña, algunos de los más maravillosos de todo el continente europeo, con estos valles y cumbres que asoman en cada curva.
El caso es que hay sitios (Pic de Casamanya, la Coll d´Ordino, Arcalis o los bosques de la Rabassa), que de ninguna forma pueden quedar por fuera de tu itinerario, y si además viajas en invierno, podrás dejarte llevar por panorámicas inigualables, en las que la nieve tiñe todo de blanco.
Si quieres esquiar, alquilar un hotel con forfait incluido te dará todas las facilidades para hacerlo, mientras que también proponen algunos planes complementarios, como por ejemplo pasear en un trineo tirado por perros, a través de los circuitos que han sido preparados para que las razas nórdicas que habitan en esa región te lleven por senderos secretos, donde habita la naturaleza más puras.
Conducir una moto de nieve es otra buena idea para conocer las rutas kilométricas de los Pirineos, al mismo tiempo que la adrenalina comienza a correr por el cuerpo, y sientes que ya no quisieras conducir ningún otro tipo de vehículo en tu vida, pues éste brinda una sensación de libertad única.
Las personas que prefieren salidas un poco más tranquilas, probablemente se lo pasarán en grande realizando un poco de trekking con raquetas por la nieve, y es que hay lugares extraordinarios, accesibles sólo a pie, una especie de premio por el esfuerzo físico llevado a cabo.
¿Qué hay de la cultura?
Quienes sean amantes de esta clase de turismo, tienen una cita obligada en el recorrido por las iglesias románicas, auténticas joyas que contemplan campanarios, vanos y edificaciones religiosas imperdibles, como la clásica Iglesia parroquial de Santa Coloma.
No son pocos los que consideran que Pal es el pueblo con más encanto de Andorra, uno que parece atrapado en el tiempo, ya que conserva muchas de las características propias de antaño, como si no hubieran pasado los años. Pocas opciones mejores para pasar una tarde con la familia o la pareja.
Por último, te sugerimos que te hagas un rato para las compras, y no caprichosamente, sino porque en Andorra los productos no están sujetos a IVA, siendo el territorio más recomendable para hacerte con algunos de esos artículos que deseas o necesitas, pagándolos más baratos que en España, y adquiriéndolos en el cordón entre Andorra La Vella y Escaldes-Engordany. En particular, te aconsejamos la zona comercial de la Avinguda Meritxell y la Avinguda Carlemany.
