No todo el mundo lo sabe pero, cuando se produce un retraso en nuestros vuelos de más de 3 horas hasta el destino final, tenemos la posibilidad de realizar un reclamo a la aerolínea. Un reclamo por el cual, además, podemos embolsarnos entre 250 y 600 euros según el perjuicio que hayamos sufrido. Pues bien, si es tu caso, sigue leyendo para saber más al respecto.
Lo primero que tienes que tener en cuenta si vas a proceder a reclamar retraso vuelo, es que no sólo debes quedarte con esa devolución que mencionábamos, sino que también puedes solicitar que te reintegren otras cantidades relacionadas con los gastos y daños ocasiones.
En líneas generales, la base de estos reclamos se fundamenta en el Reglamento Europeo y el Convenio de Montreal, que señalan que podemos llevar adelante una queja si la aerolínea es europea o si despegas desde un país europeo aunque la aerolínea no sea europea o, bien, cuando la aerolínea no es europea y, además, el vuelo no despega de un país europeo.
Reclamar por un retraso de vuelo según el Reglamento Europeo
En el primero de los casos, cuando se exceda esa demora de tres horas que comentábamos antes, podemos percibir una indemnización que se calcula según el reglamento 261/2004 de la Unión Europea. La misma se corresponde con la distancia del vuelo en kilómetros.
Vas a poder manifestar tu descontento y pedir que se hagan cargo de gastos como los de taxis, comidas, tours perdidos, alquileres de coches, etc. Incluso, tienes la posibilidad de exigir que te reembolsen el billete si el retraso es tal como para decidir que el vuelo no tiene sentido.
También hay otras circunstancias, en las que el retraso es de menos de tres horas pero de más de dos horas, en las que puedes aspirar a otros resarcimientos, en materia de comida y bebida y un par de llamadas telefónicas. Pero no te reembolsarán el billete ni te compensarán económicamente.
A diferencia del Reglamento Europeo, el Convenio de Montreal no establece compensaciones automáticas por retraso. Aquí todo dependerá de nuestra capacidad, o la de los profesionales a los que recurramos, para demostrar que hemos sufrido un daño moral subjetivo.
Por esta última razón, es habitual que las víctimas de retrasos de las aerolíneas, especialmente en este contexto tan particular, prefieren ponerse en manos de expertos en la materia, dejando de lado las compensaciones muchas veces abusivas de las empresas aéreas.
Estos especialistas, que conocen perfectamente la letra chica tanto del Reglamento Europeo como del Convenio de Montreal, pueden avanzar con rapidez frente a las aerolíneas, logrando que los pasajeros perjudicados reciban el monto que merecen por el mal trago pasado.
Según las estadísticas, este asesoramiento resulta fundamental en la media de éxito de los reclamos a las compañías aéreas cuando se retrasan los vuelos.