Torrelavega: Se presentó el libro “Los Cocidos de Cantabria” en la Casa de Cultura

Su autor, Pedro Arce, pronunció una conferencia haciendo un estudio histórico sobre los cocidos que nos han alimentado desde hace muchos siglos.
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El libro “Los Cocidos de Cantabria” del escritor Pedro Arce, se presentó en la Casa de Cultura de Torrelavega, el pasado martes, en un acto en el que el autor estuvo arropado por el concejal de Dinamización Poblacional, Jesús Sánchez; el presidente de la Cofradía Gastronómica Los Cocidos de Cantabria, Gabriel Argumosa; y el doctor en Periodismo y Académico de la Real Academia de Historia, José Ramón Saiz, que fue el encargado de presentar la obra, que ha visto la luz por iniciativa de la Cofradía de Los Cocidos de Cantabria, contando con la colaboración del Ayuntamiento de la Capital del Besaya.


A Jesús Sánchez se le reconoció su apoyo a la fundación de la cofradía gastronómica, a la edición del libro y a la próximo inauguración de un local, que será utilizado como sede social del colectivo gastronómico en el Mercado Nacional de Ganados.


El libro se había presentado hace unos días, en rueda de Prensa, en la casa consistorial torrelaveguense.


La obra de Pedro Arce hace un estudio histórico sobre los cocidos que nos han alimentado desde hace muchos siglos y a los que se han referido escritores como Cervantes o aquellos de cuna cántabra como Calderón de la Barca, Lope de Vega o el mismo Quevedo, así como escritores más recientes como es el caso de José María de Pereda o Manuel Llano; y ello sin dejar de profundizar en otras obras con mayor antigüedad, que también se han referido a nuestros ancestrales cocidos.

La documentada obra también fija unos conceptos sobre los cocidos desde la Prehistoria hasta nuestros días, con sabrosos comentarios ydescripciones.Hace, además, referencia a sus ingredientes principales, como son las legumbres, las verduras y hortalizas y las carnes, especialmente las del cerdo.


El autor muestra una preocupación sobre el abandono de los platos de cuchara en nuestra actual forma de vida, sustituidos a veces por inventos gastronómicos foráneos de menor calidad alimenticia y más alto costo.


En una segunda parte, se describen nuestros cocidos, con sus correspondientes recetas para que sea útil al lector. Y se relacionan una veintena de cocidos, pues a los muy conocidos Montañés o Lebaniego, también hay que añadir el Pasiego, las Marmitas de nuestras villas marineras, la Olla Podrida de Guriezo, la Puchera Montañesa de Polaciones, la Olla Torancesa, la Olla Ampuerense, los Caricos, los cocidos de Alubias con Caza, el muy socorrido de Lentejas, el Cocido de Limpias, el Cocido de Arvejas campurriano, las Habas a la Montañesa, el Cocido de Garbanzos de clara raíz castellana que todos hemos degustado en nuestras casas, el Guisao de Romería, el Cocido de Respigos pejino, la Olla Ferroviaria y no se ha olvidado de dos con mucho fundamento: la Olla Podrida de La Vizcaína y la Olla Podrida de los Siete vuelcos.


Y aún presenta el libro otras treinta versiones de algunos de estos cocidos, con la intención compartida con la cofradía de darlos a conocer y promover para que aquellos guisos ya en desuso, vuelvan a cocinarse y degustarse.


Pedro Arce hizo un alegato final en defensa de los Cocidos de Cantabria, como bien inmaterial de nuestra cultura gastronómica, atesorado a través de los tiempos y que debemos defender, conservar, divulgar, transmitir y, sobre todo, practicarlos, tanto en las casas como en los muchos y buenos restaurantes de toda la región. 




A. del Saja

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