Durante el pasado año, las bodegas y museos de las 'Rutas del Vino de España' recibieron más de 2,4 millones de visitantes, según datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino. Si tienes una bodega, organizar una cata de vinos es una forma ideal para atraer a los visitantes interesados en el enoturismo y mostrarles la rica cultura del vino con la que contamos en nuestro país. ¡Sigue leyendo y descubre cómo hacerlo!
España representa un auténtico paraíso para los amantes del vino así que, si tienes una bodega, ¡abre sus puertas y muestra tu trabajo con orgullo! La cata de vinos es una de las actividades favoritas de cualquier enoturista, pero también representa una oportunidad para descubrir los secretos de la elaboración de estos maravillosos caldos.
Ofrece a tus visitantes una visita a las bodegas y a los viñedos en los que se cultivan las uvas, para que puedan conocer el proceso completo de elaboración del vino, desde la viña hasta la botella. Así podrán entender el enorme trabajo que hay detrás de cada botella de vino, para apreciarlo como se merece.
El vino es una expresión de las características propias de cada región: el tipo de suelos en el que se cultivan las vides, el clima, las variedades de uva empleadas, las técnicas utilizadas para su producción... Hablar sobre la historia y las tradiciones asociadas a la elaboración del vino propias de tu zona y tu establecimiento es una forma excelente para iniciar una visita a unas bodegas o una cata.
A la hora de organizar la cata de vinos, piensa que se trata de una ocasión única para mostrar a los asistentes la calidad y variedad de los vinos que elaboras. Aunque tus visitantes no sean expertos en vino, todos disfrutamos descubriendo nuevos sabores o apreciando las características típicas de los vinos de cada región. Finalmente, para poner un broche de oro a la cata, ¡nada como un maridaje con productos locales! Sin duda, se trata de una forma magnífica de reivindicar los sabores autóctonos, que encaja a la perfección con este nuevo concepto de viajar y descubrir el mundo a través de sus vinos.
Además de las visitas a la bodega y la cata de vinos, si quieres que tus visitantes disfruten de una experiencia inolvidable, puedes complementar tu oferta de enoturismo con otras muchas actividades. Muchas bodegas ubicadas en un entorno natural privilegiado o en un edificio histórico ofrecen a sus visitantes la oportunidad de alojarse en el propio establecimiento. Los amantes de la naturaleza también disfrutarán con una visita en bicicleta por los viñedos, un plan ideal si viajas en familia. Y si quieres ir un paso más allá, ¿qué te parece un paseo en globo?
Además, contar con un restaurante en el que servir tus propios vinos también es una forma excelente de promocionarlos y ofrecer una experiencia gastronómica completa. Como ves, el turismo enológico ofrece infinidad de opciones para impulsar las bodegas y negocios asociados al mundo del vino. ¡Aprovecha la ocasión y convierte tu bodega en un referente en enoturismo!